Con el objetivo de continuar propiciando espacios en torno a la educación y la construcción de sociedad, el Instituto de Estudios en Educación de la Universidad del Norte organizó el 2 de agosto la charla: Participación de niños, niñas y adolescentes: desafíos para la política social y educativa y la construcción de conocimientos, liderada por la investigadora chilena Mahia Saracostti, directora de la Cátedra Unesco Niñez y Juventud.
La importancia de incluir las opiniones de niños, niñas y adolescentes en aquellos aspectos que inciden directamente en su cotidianidad no solo radica en la toma de decisiones con relación a la escuela o lo que viven en sus familias, sino también en su salud y desarrollo integral. “Su participación gradual va de la mano con el apoyo al desarrollo de sus habilidades para insertarse como ciudadanos, sin esperar a que cumplan la mayoría de edad. Lo ideal es que ellos puedan empezar a participar desde su niñez, obviamente el nivel de su participación incrementaría en la medida que vayan creciendo, madurando y desarrollándose”, compartió la investigadora.
Saracostti mencionó que existen, sobre todo en los países latinoamericanos, muchos mitos respecto a la niñez y la adolescencia, donde ha sido latente una tendencia a invisibilizar sus voces. “Hablamos del concepto adultocentrismo, donde de alguna manera se socavan las funciones vitales de niños, niñas y adolescentes. Muchas veces el miedo a querer compartir poder y dar espacio de desarrollo y autonomía progresiva, genera una serie de tensiones en torno a si se debe reconocer o no los derechos de la niñez como actores sociales y políticos y relevantes que puedan plantear su postura en la vía pública”, expresó la PhD en Social Welfare.
Los desafíos más latentes para lograr esa participación
Ahora bien, para lograr esa participación activa de niños, niñas y adolescentes en la construcción de sociedad, la experta sugiere inicialmente revisar otros casos de éxito: donde en Irlanda, por ejemplo, los niños asumen un rol de mayor liderazgo en la construcción de conocimientos, insumo para que las autoridades públicas tomen decisiones.
“Uno de los desafíos está en superar tomar la participación de los niños y niñas, a través de consultas. Es decir, cuando les aplicamos una encuesta para hacerles preguntas respecto a un tema. Esa es una forma muy básica de participación. El reto es que ellos puedan aportar en la toma de decisiones. En algunos países se han creado consejos asesores de niños, niñas y adolescentes, donde ellos de alguna manera trabajan asesorando a las autoridades públicas y presentan su perspectiva. Este puede ser un primer paso para superar la sola consulta”, manifestó Mahia Saracostti.
En cuanto a la educación, la directora de la Cátedra Unesco Niñez y Juventud, aseguró que son los niños, niñas y adolescentes quienes deben estar en el centro de los procesos educativos. No los adultos o los docentes. “Con los adultos pueden crear espacios de cocreación de estrategias significativas para potencializar los procesos educativos y que ellos puedan ir entrenando sus habilidades de ciudadanía y de participación protagónica desde las escuelas. La escuela es el lugar privilegiado para que los niños aprendan a ser ciudadanos y, por tanto, a participar. Se espera que esa participación sea gradual en función de la autonomía progresiva que van adquiriendo”, aseguró.
De igual forma, la investigadora afirmó que el reto está en aprender a visibilizarlos, a escucharlos activamente y considerar sus miradas para las propuestas de construcción de país. “Creo que en países como Colombia y Chile tienen grandes desafíos. Esto implica tener la capacidad de superar lógicas adultocéntricas que invisibilizan la perspectiva de los niños. Esto significa además atrevernos como adultos, desde una lógica que promueve el diálogo generacional, a compartir poder y espacios con los niños y niñas, y darles la posibilidad de que puedan dar su opinión, incidir, llegar a quienes toman decisiones y, en definitiva, tener una participación efectiva”, compartió Mahia.
Entre tanto, Andrea Lafaurie, docente investigadora del IESE y coordinadora del Doctorado en Educación, en concordancia con la experta de la UNESCO, mencionó que es necesario abrir los espacios y diseñar las estrategias para que los niños y niñas puedan emerger esas voces. “Hablar de ‘darle a voz de los niños y las niñas’ es, ya en sí misma, una posición adultocéntrica, como si fuésemos nosotros, los adultos, quienes configuráramos a la sociedad sin tener en cuenta poblaciones como los niños y las niñas. Estamos llamados a afinar esas sensibilidades que nos permitan escuchar las voces que ya los niños y las niñas están poniendo en el escenario de la construcción de su categoría de infancia”, apuntó la docente del IESE, quien lidera una investigación sobre la participación de niños y niñas en los medios.
“Muy pocas veces los niños y niñas hacen parte de esa esfera pública donde su voz tiene incidencia. Lo que debe buscarse es que puedan pensarse otros escenarios: los escenarios de las ciudades, de los museos, transportes. Es decir, que realmente esté viva la presencia de esos niños y esas niñas allí”, añadió la coordinadora del Doctorado en Educación.
Sobre el Instituto de Estudios en Educación:
El Instituto de Estudios en Educación-IESE visibiliza el compromiso institucional con el desarrollo educativo del país y de la región Caribe. Está conformado por un grupo interdisciplinario de profesionales con amplia experiencia en docencia, investigación y consultoría en el área educativa.
Del IESE hace parte el pregrado Licenciatura en Pedagogía Infantil. En posgrado ofrece la Maestría en Educación con sus diferentes énfasis, la Maestría en Educación Mediada por TIC (Modalidad Virtual), la Maestría en Pedagogía Social e Intervención Educativa en Contextos Sociales (Modalidad Virtual) + y el Doctorado en Educación.
También hace parte el Observatorio de Educación del Caribe Colombiano, centro de pensamiento donde se analiza el estado de la educación desde preescolar, básica primaria y secundaria hasta educación superior por medio de investigaciones propias o interpretación de cifras oficiales y del entorno.